Es oscuro , me levanto por deber, pero lo odio, realmente lo odio….. me baño rápido y desayuno rápido también- No puedo creer que haya metido toda la plata en ese negocio- , salgo de la casa, no puedo ver las nubes, hace frio , y me molesta no levantarme para hacer algo que me gusta. Camino hacia la avenida y veo el parque desolado, la cancha de basquet sola y la iglesia cerrada, no existen pedigüeños de absolución, solo de monedas y a esta hora están dormidos porque los dueños de las monedas también están en la cama. Llego a la avenida y veo un letrero muy bien iluminado de una publicidad, un joven con una sonrisa de lado a lado manejando un clásico descapotable y una botella de ron con el nombre del lugar donde se están llevando los diálogos de paz, una extraña ironía. Espero el bus al lado del letrero, es increíble que a esa hora los buses pasen llenos de gente, siempre creía que a esa hora la cosa era más tranquila, pero no, se ve en la cara de la gente la necesidad de trabajar, de producir, todos están envueltos en ruanas y bufandas, se les nota que llevan haciendo esto desde hace rato, un hijo con hambre no da espera.
Estoy en el bus y no hay espacio , igual todo el mundo está en las mismas , veo la cara de la gente, curtida y quemada, es gente vivida , ¿quién sabe cuál es su historia? se les nota que la mayoría de sus eventos son los sufridos y pocos los vividos, es extraño que la mayoría de las personas sufra, yo sufro porque tuve e invertí mal y ahora odio lo que hago, lo tengo que hacer por una simple cuestión de deber y porque no tengo otra, el tiempo vuela cuando los pensamientos son profundos, llego al paradero en el centro y me bajo, comienza a clarear y veo una de mis pequeñas felicidades, una nube de pájaros volando sobre las aguas, me quedo unos momentos viéndolos, son como pequeños aviones, ¡ya que veo mal! me operaron de los ojos hace años y ahora la cosa volvió a ser igual que antes ¡visco! son pájaros negros y vuelan en sincronía , al unísono, es increíble que la naturaleza pueda ver en el instinto la fortaleza de los números, en Bogotá me siento muy lejano de mi congéneres, pareciera que cada cual lucha por su lado , sin involucrarse mucho en la vida del otro, sigo caminando y miro el rio enjaulado , un rio que no tiene vida y ahora arrastra paquetes de comida vacíos y sucios , agua que da vida y esta enjaulada , un sapo podría darle un poco de verde a ese cause inerte. Me alcanzo a imaginar el rio en otras épocas, pasando por debajo del puente que descubrieron al lado, ocultando amantes o malhechores, dependiendo de la hora del día.

Mi imaginación sí que vuela , la deje volar muy alto cuando metí toda mi plata en este negocio, pensé que el sueño del otro podría ser mi sueño también, sé que a otros les pasa y les va muy bien. A mí no, confié como un niño y no use mis conocimientos para ver si la cosa funcionaba, me deje llevar por el “verbo” del que me presento el negocio, inicialmente éramos tres , el que se lo invento, el administrador y el de la plata, (yo). Cavilo entre mi cabeza y se me hace tarde, ya había leído antes la sensación de caminar con pesas en los zapatos y solo hasta ahora los siento, de verdad que pesa como un demonio….. estoy llegando al restaurante y veo que no estoy solo, el mendigo de lugar está despierto, eso sí, para el perdón no hay que madrugar , pero para la panza no hay espera.
el mendigo de lugar está despierto, eso sí, para el perdón no hay que madrugar, pero para la panza no hay espera
Que chistoso mundo, seguro que él me envidia a mí y yo a él , él no tiene responsabilidades y yo tengo comida y techo, que desagradecidos somos con lo que tenemos. Miro la entrada del lugar y su verde puerta me parece pintada con hiel, igual la abro y entro, aunque odio lo que hago, existe gente que disfruta lo que ofrezco, por ahora eso es suficiente y más. La sonrisa y el gracias del estómago, al fin y al cabo, el verdadero amor arranca por el estómago, ¿no?
MAED.